LA RIBERA DEL DUERO CON NIÑOS

Planificar escapadas de fin de semana o pequeños viajes con niños es posible, sobre todo si encontramos destinos que permitan satisfacer gustos de pequeños y mayores. Hoy os hablo de nuestra escapada a la Ribera del Duero con niños, un destino que, a todos los que fuimos, incluidos los 5 peques, nos encantó.

La zona de la ribera del Duero es famosa por sus vinos, pero nosotros fuimos en "plan tranqui", de turismo rural con niños: fuimos un grupo de amigos con peques de entre 5 meses y 5 años, cogimos un casa rural y pasamos 3 noches pasándolo genial.

La casa la cogimos en Milagros, un pueblito súper tranquilo con un río y un paisaje estupendo por el que pasear. La casa era enorme, súper amplia y acogedora, con capacidad para 10 personas, aunque fácilmente podríamos haber sido más. Como la tarde caía pronto y además hacía muchísimo frío aprovechábamos las horas de luz para salir y las tardes/noches nos quedábamos en casa con juegos de mesa y muchas risas.

QUÉ VISITAR POR LA ZONA

Si no vais con niños, el plan bodegas es muy tentador: algunas son auténticas maravillas arquitectónicas, el paisaje de las viñas es digno de ver y casi todas organizan catas y visitas guiadas.

Con niños este plan no es tan propio, porque no se disfruta ni por unos ni por otros, así que nosotros preferimos planes para todos.

LAS RUINAS DE CLUNIA

Clunia es una ciudad de Burgos en la que se asentó una importante colonia romana y en la que a día de hoy se pueden visitar sus ruinas. Se sube en coche, se visitan un pequeño vídeo informativo y luego pueden visitarse las ruinas caminando. Está bien para subir en coche y luego puede sacarse el carrito, así que está bien para visitar incluso con niños muy pequeños. Si se lleva mochila de porteo, genial.

Lo mejor de las ruinas es el teatro romano, en súper buen estado de conservación. Se pueden bajar las escaleras y ver desde cerca donde se situaban las fieras y los luchadores.

PEÑARANDA DE DUERO Y EL CIC

Peñaranda es un pueblo súper bonito de estilo medieval, las calles y los edificios con ese aire de antiguo pueblo de la Edad Media. La peque que venía con nosotros y yo coincidimos en algo: nos recordaba al pueblecito donde vivía Bella en la Bella y la Bestia, parecía un pueblo de cuento con sus ventanas de madera, los vivos de los edificios en madera, la gran plaza construida en piedra…

En Peñaranda se puede visitar además el castillo, del siglo XI y donde se ubica el CIC, Centro de Interpretación de Castillos. Se sube en coche pero el castillo no permite la entrada con carrito, no porque esté prohibido, sino porque es imposible subirlo por todas las plantan por las escaleras, así que si lleváis mochila de porteo será genial, sino os toca cargar con los niños, sobre todo si no caminan solitos.

El castillo me encantó: arquitectónicamente es precioso, subido en lo alto de una colina tiene vistas espectaculares de todo el pueblo y además fue súper instructivo. En cada una de sus plantas se explican cuestiones interesantes de los castillos y su forma de vida. 

Para niños un  poquito más mayores es planazo.

ARANDA DE DUERO

Aranda es el pueblo más conocido y de mayor tamaño de la zona y se nota, sobre todo, en la vida que tiene: bares, calles peatonales, tiendas... mucha vida.

Nos gustó mucho para pasear y tomar el aperitivo: cada dos pasos tienes una vinoteca en la que degustar los vinos de la zona.

Es una zona súper bonita, tranquila y con un montón de sitios por visitar y de planes alternativos para hacer, una oferta turística que merece la pena conocer, desde luego, con niños también.

Si tenéis puente a la vista y no sabéis dónde ir, súper recomendado!