MIENTRAS LLEGA LO QUE QUIERES, DISFRUTA LO QUE TIENES

Es una de mis máximas en la vida y gracias a ella puedo decir que soy feliz. Hay quien dice que la felicidad como estado no existe, pero yo no estoy de acuerdo. ¿Qué es la felicidad? Si es estar en un estado de exaltación permanente dudo que nadie pueda afirmar que es feliz, y sin embargo, yo me considero plenamente feliz. ¿Cómo conseguirlo?

Disfrutando el camino. Valorando, agradeciendo y bendiciendo todo lo que tenemos. Teniendo sueños por cumplir, celebrando cada día y en especial las ocasiones que lo merecen, enfadándonos menos y riendo más. Relativizando. Sopesando pros y contras y siendo conscientes de nuestros sentimientos y pensamientos, identificado la causa de nuestras alegrías y nuestros males y actuando en consecuencia.  

Que fácil parece, ¿verdad?

Pues no, fácil no es, sobre todo porque no estamos acostumbrados, pero como todo, es cuestión de práctica. 

Cuando vayas a criticar, evítalo; cuando vayas a quejarte, evítalo; cuando vayas a compadecerte de ti misma, evítalo. 

Y en vez de todo eso, intenta ser más positiva, encuentra un motivo todos los días para despertarte, escucha música que te ponga de buen humor, aunque sea mientras vas en el coche o limpias la casa, ponte la colonia cara, no la reserves, píntate la raya del ojo aunque sea para bajar a por el pan, encuentra todos los días un motivo para sonreír y aunque hayas tenido un día mierder, agradece todo lo bueno que en realidad tienes. Llora si lo necesitas, pero no te reboces en la mierda, que diría mi madre. 

Y si no te gusta tu vida, cámbiala. 

Hoy es el día perfecto para empezar de nuevo, para hacer de una mala noticia una nueva oportunidad, para mirar un poquito más allá. 

Esta es la vida que tienes, no vas a tener otra segunda oportunidad y el tiempo que se va ya no vuelve, así que merece la pena dejar de llorar y empezar a disfrutar del camino. Cumple sueños y mientras los cumples, disfruta del camino que te lleva a ellos.